EL PSOAS, ESE MUSCULO MISTERIOSO....
El psoas es un potente flexor de la cadera y un rotador externo del fémur , es el músculo más estabilizador del cuerpo humano; afecta a nuestro equilibrio corporal, amplitud de movimiento articular y funcionamiento de los órganos del abdomen.
Es el único músculo que conecta la columna vertebral (las 5 vertebras lumbares) con las piernas y es el responsable de mantenernos de pie, el que nos permite levantar las piernas al caminar. Estabiliza la columna vertebral y proporciona apoyo a través del tronco, formando además un buen sustento para los órganos abdominales y transfiere el peso de arriba abajo, transmitiendo flujos energéticos en ambas direcciones.
Es un músculo vital, implica equilibrio, rotación del tronco y piernas. Si este músculo pierde elasticidad y se acorta de forma crónica, provoca que otros músculos del abdomen y la espalda se vean obligados a compensar el equilibrio, lo que provoca lesiones en la espalda, caderas, rodillas o pies.
El psoas desempeña un importante rol con los riñones, corazón y diafragma. Juega un rol importante en los casos de equilibrio muscular. Toda persona debería cuidar de este músculo, en especial aquellas que someten a su organismos a grandes cargas, bien trabajadores o deportistas.
Ademas se le denomina "el músculo del alma", sobretodo en las culturas orientales, ya que señalan el fuerte impacto de este músculo sobre nuestra estructura, órganos, y estado energético de nuestro ser. Es un músculo importante para nuestra salud, vitalidad y bienestar emocional.
Por un lado el acortamiento del psoas provoca una tensión de las vertebras hacia abajo, ocasiona presión discal e hiperlordosis lumbar. Ocasiona dolor lumbar, pinzamientos, tension en los ilíacos y el muslo.
Estudiantes, oficinistas, conductores..., todos se ven afectados; las personas sedentarias sufren un acortamiento, así como deportistas de ciclismo, spinning, trialón, futbolistas...debido a la flexión constante.
Además, el psoas es un músculo con un gran componente emocional: algunos estudios recientes consideran el psoas un órgano de percepción, compuesto por un tejido biointeligente que encarna nuestro deseo más profundo de supervivencia, es el mensajero primario del sistema nervioso central, por lo que es considerado un portavoz de emociones (mariposas en la tripa), debido a que el psoas esta conectado con el diafragma a través del tejido conectivo o fascia, por lo que se ve afectado por la respiración y el miedo reflejo.
Con un abdomen habitualmente en tensión y comprimido, una vitalidad disminuida y una respiración alterada es comprensible que ese psoas tenso conlleve alteraciones emocionales, ya que nuestro estilo de vida acelerado y el estrés generan adrenalina que cronicamente tensan el psoas, lo preparan como antiguamente para salir corriendo o encogerse para proteger los órganos vitales.
Si constantemente mantenemos al psoas en tensión debido al estrés, con el tiempo se acorta y endurece. Se dificulta así la postura natural y las funciones de los órganos que habitan en el abdomen y dan lugar a dolores de espalda, ciática, problemas de disco, degeneración de la cadera, menstruaciones dolorosas o problemas digestivos, sensación de inseguridad, y sobreesfuerzo por mantener el equilibrio del esqueleto.
Un psoas tenso manda señales de tensión al sistema nervioso, interfiere en el movimiento de los fluidos y afecta a la respiración diafragmática.
El psoas está intimamente relacionado con las reacciones físicas y emocionales básicas, envía al cuerpo señales de peligro contínuas, por lo que puede repercutir en el agotamiento de las gandulas suprarrenales y el sistema inmunológico. Está relacionado con la ancestral reacción de lucha- huida, a esto se suma la agravada forma de sentarnos o nuestro hábitos diarios, que constriñen aún más el músculo. Si nos sentimos agresivos a menudo y sin una razón aparente, es posible que nuestro psoas tenga mucho que ver.
En nuestras sesiones de estiramientos de cadenas musculares que encuentras en la Escuela de Salud y Bienestar, trabajamos de muchos modos para liberar la tensión y sobrecarga innecesaria del psoas.
Un psoas relajado nos permite fluir, desplegar nuestra vitaliadad.
Al alargar el psoas permite que:
- podamos liberar y extender la parte delantera de los muslos;
- permite a las piernas y pelvis moverse con mayor fluidez e independencia;
- mejora la posición de la columna y del torso;
- mejora las funciones de los órganos abdominales;
- mejora la respiración y funcionamiento del corazón que se fatiga menos.
Cuando cultivamos la salud de nuestro psoas se reavivan las energias vitales.
El psoas como órgano de canalización de la energía, nos conecta a la tierra, nos permite crear un soporte firme y equilibrado desde el centro de nuestra pelvis. Así la columna vertebral se alarga y a través de la columna puede fluir toda nuestra vitalidad.
A nivel de las sesiones de estiramientos de cadenas musculares, donde emulamos sesiones de osteopatía pero autorealizando los ejercicios, insistimos en el contexto global de la persona, en liberar la pelvis, aliviando problemas lumbo-pélvicos o neurológicos, alteración visceral, etc.
La simple relajación del psoas y del diafragma a través del estiramiento, puede reducir espectacularmente los síntomas de dolor y posturales del paciente.
Estas sesiones de estiramientos pueden complementarse con sesiones de osteopatía, masajes y/o reiki para devolver la energía a las diferentes partes del cuerpo, terapia sacrocraneal o escucha biodinámica para equilibrar las funciones neurológicas y emocionales.
En definitiva cuanto más flexible y fuerte esté el psoas, más podrá nuestra energía vital fluir a través de huesos, músculos y articulaciones. De ahí que los estiramientos, tras el tratamiento de fisioterapia o osteopatia, operaciones quirúrgicas, etc., sea imprescindible para mantener al músculo en óptimas condiciones de flexibilidad.
En cada sesión de estiramientos insistimos, con uno u otro ejercicio, en estirar el psoas, especialmente para personas sedentarias, con dolotes de espalda , fatiga y runners.